22 octubre, 2017

Mentiras y silencios

Nada. Nada nuevo. Queramos o no, es así. Todo como siempre ha sido. El mismo de la Ley Mordaza, el mismo que nos claveteó otra vez en el siglo XX con una ley de educación, el mismo que ha utilizado la corrupción como si fuera un mecanismo más del estado de derecho, el mismo que recortó y recortó para beneficio de unos pocos y dolor de los más débiles, ese mismo vuelve a sentenciar. Ése, el mismo, ahora se erige en garante de la democracia con la única intención de hacer desaparecer a un gobierno y amordazar a todo un parlamento. ¿Y nosotros qué? Pues nosotros seguimos enfurruñados. Y entonces una pataleta. Un lloriqueo pusilánime, como mucho. Eso sí, todo revestido de color y mucha algarabía. Como para pasar la tarde y tomar un poco el aire. Y a cenar y a dormir que mañana tengo una reunión. O, como si de una ofrenda extraordinaria se tratase, gritar en el Camp Nou un poquito -siempre y cuando no interrumpamos un gol de Messi- esperando así cambiar el mundo. O cambiar Catalunya, al menos, ya no España. ¡Para qué, si son irreformables! Pero nosotros sí. Nosotros aún tenemos solución y futuro. Pero perdóname un momentín, que se acerca el minuto 17:14 y tengo que gritar para cambiar el mundo.

Tristeza. Tristeza y mucho desánimo. Y ya no es sólo por las consecuencias de las políticas de Rajoy. Tristeza, sobre todo, porque estamos ante el borde de un abismo. Un abismo que todos hemos ayudado a acercar. Todos. Los que sabían perfectamente adónde íbamos, pero pusieron el engaño al servicio de un sentimiento patrio. Los que no sabían, aunque intuían, pero callaron cobardemente sin ser capaces de nadar contracorriente. Y los que no sabían ni intuían, pobres, porque se dejaron arrastrar. Ahí estamos todos y que cada uno aguante su vela. El abismo: décadas agachando la cabeza, sin ver ni una esperanza en el puñetero horizonte. Porque los vencedores no nos van a dejar levantar la cabeza. Y cuidado, porque los vencedores son PP y Ciudadanos, sobre todo, y a partir de hora tienen camino expedito para seguir gobernando. Han engordado tánto que pueden subsistir sin probar bocado el resto de la travesía.

Y los catalanes hemos hecho el trabajo sucio. Sí, sí, nosotros, los catalanes. Durante mucho tiempo nos hemos dejado arrastrar por mentiras. Muchas mentiras. Y deberíamos reconocer, quizás, que nunca estuvimos dispuestos a entregar la vida por esas mentiras. Deberíamos admitir que estábamos dispuestos a gritar, exigir, reclamar, argumentar, reír, mostrar,..., pero dar la vida, no. Hasta es posible que ni tan siquiera estuviéramos dispuestos a entregar el sueldo de un mes por esas mentiras. También es cierto que nadie nos las explicaba. O quizás nunca estuvimos dispuestos a escucharlas así, a bocajarro.

Nunca nos contaron que Europa no nos querría. Aún hoy he visto colear alguna secuela de esa mentira en ese infierno que es Twitter. Seremos Europa, decían. Y Europa va y nos hace una pedorreta de mucho cuidado. Una pedorreta que se ha oído hasta en Tumbuctú. Ni Alemania ni Francia ni Italia ni Reino Unido ni... ni sus bancos. Que no, que no nos quieren meándonos en una de las esquinas de Europa. Así que los europeos nos han dado una palmadita en la espalda y nos han dirigido a Mariano Rajoy para que nos devuelva al redil. Pero nos vendieron que sí. Y es que no. Nos vendieron que éramos los más europeos de entre los campeones europeos. Que a toda Europa se les iba a hacer el culo gaseosa cuando dijéramos, "ahí vamos, Europa". Pero no. El culo no se les ha hecho gaseosa. Y así estamos ahora, con vértigos.

Nunca nos contaron que no habría bancos dispuestos a darnos un euro. Ni un duro. Ni un franco ni un dólar. Que no hay dinero. Nunca nos dijeron que empezaríamos empobrecidos y que no habría créditos para poner unos malditos visillos en las ventanas. ¡Con lo bien que nos hubiera quedado! Nunca nos dijeron que funcionarios o jubilados podrían sufrir durante meses o años los sinsabores de no tener un euro en el bolsillo. Bonos patrios. ¡Nos querían pagar con bonos patrios! Eso es lo que habían pensado, cuidado. ¡Pero qué mierda de bocadillo se hace uno con un bono patrio! Claro que ellos no deben comer muchos bocadillos y no entienden.

Nunca nos dijeron que las empresas huirían de Catalunya como de la peste. Es más, nos dijeron lo contrario. A sabiendas de la cobardía de las empresas y del poco patrioterismo del dinero. "Jamás se irán", decían los gurús con americanas multicolores. Pero los gurús mentían o son unos ineptos. Porque ahora sabemos que durante décadas Catalunya podría sufrir la pobreza de no tener puestos de trabajo. ¡Décadas! Quizás, los que tenemos una cierta edad, podríamos estar dispuestos a sacrificar lo que nos queda de vida por un gozo patriótico. Quizás, no digo que no. Incluso podríamos aceptar la pobreza del resto de nuestras vidas sabiendo que hay una élite, la nuestra, que seguirá engordando -y hasta es posible que gobernando. Pero también es posible que no estemos dispuestos a hipotecar el futuro de nuestros hijos. Quizás no queremos ver cómo nuestros hijos deben irse de la patria para poder tener un proyecto de vida despatriada. ¿Alguien pensó en dejarnos elegir? ¿Alguien creyó que pudiéramos estar interesados en saber la verdad?

Nunca nos contaron que el estado tiene piolines suficientes como para dejar Catalunya como un erial. ¿De verdad creímos que en algún momento los piolines vendrían a pasearse por la playa de Sitges? ¿Quizás creímos que los piolines vendrían, pero saldrían asustados ante...? ¿Ante qué? ¿Qué queríais, que los mossos se partieran la cara por nosotros mientras les mirábamos por la ventana? ¿O pensabais verlo por la tele en un especial mossos vs piolines? No nos lo contaron, pero parecemos idiotas si creíamos que necesitábamos que nos lo contaran.

Nunca nos contaron que la democracia no era lo que suponíamos. Nunca nos contaron que la democracia, para ellos, consistía en hacer leyes a medida. A medida de la oligarquía patria. Como tampoco nos dijeron que podían pasarse la democracia por el forro y también a medida. No nos contaron que la democracia era no mirar a las minorías. Que la mitad más uno puede olvidarse perfectamente de la mitad menos uno. Que se puede construir un país maravilloso precindiendo de la mitad menos uno del país, ¡ahí te quedas! Y hablando de minorías, me hizo mucha gracia ver como Coscubiela les ponía contra las cuerdas, pero que, para ellos, perdía rápidamente la razón si el PP le aplaudía. ¿Qué tipo de argumento es éste? Pues déjenme decirles que hubiera estado bien conocer antes este argumento para poder cortarles las manos a los del PP y evitar así que aplaudieran al pobre Coscu. ¿Qué tipo de democracia es ésta? ¿De verdad podemos amordazar o reírnos en la cara de la mitad menos uno del país?

Nunca nos contaron que las decisiones importantes de mi país las tomarían los representantes electos, pero también los no electos. Una democracia donde las decisiones más trascendentales las toma el presi, el vicepresi y unos pocos amiguetes que nunca nadie les ha elegido para representarnos. Nadie. Así, como si nada, ANC y Omnium decidían con el presi y el vicepresi dónde teníamos que estar, qué teníamos que decir, hasta qué hora se debía decir y a qué hora se debería dejar de estar. O decidían si se presentaba un DUI o media DUI o la puntita de la DUI o... ¿Lo decidían los cargos elegidos democráticamente? Pues no. O, por lo menos, no sólo ellos. Y el presi y el vicepresi poniendo todos los medios para que nadie dudara. Prensa, televisión, radio y demás entes no especificables por escrito y en público. ¿Alguien preguntó? ¿Alguien nos dejó elegir a esos representantes que no nos representan? ¿De verdad se puede manejar la voluntad de tantos y tantos catalanes por unos cuantos arrogados en el papel de libertadores?

Triste, muy triste. Porque todas las mentiras nos han arrojado a los lobos. Y los lobos aúllan desde Madrid. Y a mí no me sirve con llorar y rebozarme en el victimismo. Yo no quiero llorar, yo quiero tener ilusión. Y prosperidad y futuro, para mí y para mis hijos. Y quiero creer que la justicia, el progreso y la igualdad son los retos por los que vamos a luchar en el futuro. Y sin sentir el aliento de los lobos en mi cara.

3 comentarios:

  1. Por que metes a todos los catalanes en el mismo saco, si está clarisimo que cataluña está dividida en dos o tres bandos (indepes, no indepes y los no se no se, me da igual o paso de todo)

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    1. Toda la razón, lo siento. Estamos tan metidos en la dialéctica que todos hablamos en nombre de todos.

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  2. Puede q tú y much@s no supierais todo lo q expones. Yo casi q sí y no mucha, mucha, pero si bastantes, lo sabiamos. Lo q pasa es q en santa Coloma y en nuestra generación nos tiramos a la piscina, sin saber si había agua, y además no nos podían pagar cursillos como a los del eixample, pobles....si no entienden q hay varias Cataluñas y una es el cinturón, ya no rojo, acabará d c's. Al tiempo y no me alegraré d acertar

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