18 julio, 2016

En defensa de Ramon Tremosa

En la caverna se dicen cosas por decir. Otras se dicen porque interesan sus resultados, sea o no mentira lo dicho. Y las más se dicen por pura ignorancia o por necedad, que viene a ser lo mismo. La necedad es una cualidad muy repartida entre los cavernarios. Pero el necio difícilmente sabe que es necio y, claro, el empecinamiento hace que el hoyo sea más profundo. ¡Que para eso somos cavernarios, oiga! Hoy tengo que salir en defensa de un cavernario. No tengo más remedio. Profesor de universidad, dice su currículum. Pero no se me asusten, en el lodo cavernario ser profesor de universidad solo asegura que sabe nadar bien en la ciénaga. Vamos pues. Parece ser que el señor Ramon Tremosa ha dicho que la Guerra Civil -ya saben, aquella de los miserables millitares que pretendían hacer más honda la caverna-, digo, que la Guerra Civil fue una guerra contra Catalunya. Vale, hasta cierto punto. Porque es verdad que fue contra Catalunya, como también contra Andalucía, contra gallegos y asturianos, contra vascos,... En fin, que no hubo rinconcito en la caverna que se viera libre del ataque de los miserables. Fue un ataque contra un orden constitucional todavía no restablecido, después de ochenta años. Y fue una guerra contra todos aquellos que lo defendieron. Lo que pasa es que Tremosa ve en la Guerra Civil una guerra en exclusiva contra Catalunya. España contra Catalunya en la Guerra Civil. Igual que España contra Catalunya en la Guerra de Sucesión entre borbones y austrias. Todo es contra Catalunya. El victimismo romántico nacional. O soy héroe vencedor o soy héroe humillado, pero héroe soy, ¡vamos, vamos! Total, que el señor Tremosa reivindica la exclusividad de la persecución fascista para afilar el sentimiento de ultraje y persecución. Olvida muchas cosas el señor Tremosa, muchos datos históricos, muchas pruebas y testimonios que demuestran cómo "les classes benestants" de Catalunya hacían palmas con las orejas al ver el bigotito de Franco entrando en Barcelona. Pero, ¿a quién coño interesa la verdad? A Tremosa desde luego no.

Bien. Ya hemos expuesto su opinión tuitera. Lo malo es que, a partir de aquí, el señor Tremosa, el profesor universitario, ha tenido que leer -pobrecito él- cómo le criticaban o se mofaban directamente de su ingeniosa interpretación histórica. En Twitter se ha podido leer, "solo hubo conflicto bélico en Cataluña; el resto de España, en paz", con punzante ironía. O también, "ridículo, vergonzoso, patético, falsesdad infinita", ya más directo. O incluso, "la ignorancia cercana a la bufonada". Y esto se lo dicen a todo un profesor universitario. ¡Válgame el cielo! ¡Adónde llegaremos! Nada, yo no puedo consentir esto. Así que debo defenderle de la barbarie de críticas que le llueven al pobre Tremosa. A ver, señoras y señores, ¿aún no entendemos que en la caverna somos así? Necios hay en todas partes y la caverna está edificada sobre bases de necedad muy sólidas. ¿Creen acaso ustedes que se puede edificar una nación si no es a base de cuentos, mentiras y manipulaciones? ¡Por el amor de Dios! Sean justos con Tremosa y admitan su necedad nacional como una cualidad sobre la que construir un futuro donde "les classes benestants" aplaudirán con las orejas cualquier cambio cavernario que les ayude a engordar el bolsillo. ¡Por favor!

12 julio, 2016

Pablo Iglesias y los mayas

No me acuerdo exactamente del título del libro. Creo que el autor es Marvin Harris, aunque tampoco puedo asegurarlo. Tengo que repensar muy seriamente esta mi desgana por la erudición. ¡Con lo bien que queda eso de señalar la frase exacta, el autor, la página y hasta reproducir el pedo que soltó el autor cuando lo escribió! Soy un desganado. A veces he pensado que incluso es posible que con un par de buenas citas eruditas se ligue más. Ya me imagino paseando, sin prisas, acercando la mano a esa cintura sensual, como por casualidad, y soltar entonces algo así como "en la comisura de tus labios, se encuentra todo el dulzor del universo, como diría Catulo, un romano que escribió esos versos pensando en ti, seguro" -eso sí, mientras embestía a Lesbia antes de que regresara con su marido, pero esto ya no se dice. El caso es que yo no sé hacer estas cosas. El arte de la erudición se me antoja yermo, muy cansado y algo estúpido. Pero vuelvo a donde quería ir. Que me lío con cosillas varias y no me centro. Creo que fue Marvin Harris el que escribió en uno de sus libros que los mayas fueron capaces de dominar un vasto imperio, pero que en ese vasto imperio destacaba una zona relativamente cercana a la capital que nunca llegó a ser dominada. ¿Cómo es posible que un pueblo conquistador y poderoso no fuera capaz de dominar una pequeña zona, un pueblo insignificante y débil tan cercano a su capital? Pues Marvin Harris -creo que fue él- dice que por una cuestión de economía y efectividad. Cada año, los mayas celebraban no sé qué ceremonia -otra vez la erudición me falla, pero me lo invento y reconduzco-... ya recuerdo, era una ceremonia en honor al Sol y a los dioses de la fecundidad -lo de la fecundidad queda muy rebién y le da un toque de "uy, qué marrano". En esa ceremonia, los mayas sacrificaban a unos cuantos enemigos -ahora puedo darle otro toque dramático, para aumentar la tensión-, les ataban a unos postes elevados sobre una tarima muy alta y les sacaban el corazón mientras los pobres sacrificados agonizaban ahogados en terribles alaridos de dolor -ole y ole. Pero, claro, tener que ir a buscar cada año a unos cuantos enemigos para sacrificar, cuando las fronteras están muy y muy lejos, era muy molesto. Era mucho más económico no dominar una zona cercana a la capital. Era mucho más fácil montar una expedición, viajar un par de días, atrapar a unos cientos de indefensos enemigos y llevarlos de vuelta a la capital del imperio para sacrificarlos en una orgía de sangre. Conclusión, si tienes el enemigo cercano, no muy fortalecido y bien identificado como enemigo, siempre es más fácil y económico tener éxito en tus sacrificios.

Dicho esto, ¿qué tienen que ver los mayas con Pablo Iglesias? Pues que me da en la nariz que a Pablo Iglesias se lo ha comido la soberbia. Errejón, además de un buen estratega, lo tenía más claro. Si a Pablo no se lo hubiera comido la soberbia, habría calculado mejor y más friamente. Porque, si quieres que te identifiquen con un partido "transversal", de ideología algo indefinida y con aspiraciones a ocupar un amplio espacio hacia el centro -Aristóteles, el viejo Aristóteles-, debes cuidarte mucho de marcar claramente las fronteras con "enemigos" bien identificados a los márgenes. Hacia la derecha, no lo hicieron mal del todo, con una cierta indefinición con respecto al PSOE, aunque llevadera por el claro enfrentamiento con C's y PP. Pero, ¿y por la izquierda? Soy una persona que valoro enormemente a Alberto Garzón, ceo que es uno de los políticos más válidos y en el que yo confiaría sin muchos miramientos. Pero Garzón era ideal para Podemos cuando servía para marcar la frontera por la izquierda. Garzón hubiera sido ese reducto que los mayas nunca llegaron a conquistar para poder sacrificar enemigos cuando tocara. Como estrategia, marcar los límites por derecha e izquierda le hubiera dado a Podemos una cierta aurea de transversalidad y centralidad, puesto que los enemigos a derecha e izquierda existirían. Somos así de bobos y la naturaleza humana busca siempre el equilibrio y la equidistancia. Debe ser algo de cuando los primeros simios cruzaban las praderas o se colgaban de los árboles, ¡vaya usted a saber! Es igual, lo cierto es que la psicología ampara esta opinión de la necesidad de equilibrio. Así que, en política también, es conveniente que nos vean como equilibrados, si queremos pasar por ser personas en las que se puede confiar. Por cierto, ¿no era Iglesias un ferviente seguidor de Juego de Tronos? Pues Khaleesi no hubiera cometido este error de cálculo de principiante. Aunque con la melena de Khaleesi y unos dragones, todo hubiera sido más fácil, seguro.

06 julio, 2016

Messi y la princesa

Messi, el artista del balón. A ver, incautos, plateemos el debate Messi-Ronaldo cuanto antes y cerremos el tema. Qué, cada cual sigue en sus trece, ¿no? Pues, ya está. Tema cerrado. En la caverna somos mucho de vernos reflejados en estos tipos de las patadas a la pelotita. El otro día le pregunté a un tipo si sabía quién era Gregorio Marañón y me dijo, "eh... sí, es el del hospital.... ¿no? Ah, no, no, espera, Marañón... sí, ya sé, jugador del Espanyol de Barcelona de los años ochenta, ¿a que sí?". "Exacto", le contesté, "ahí le has dado; da gusto hablar con entendidos". Pues, bueno, así todo en la caverna. ¿Qué se puede esperar de un país gobernado por un tipo que dice leer el Marca y quizás nada más? ¿Alguna revista cultural o científica, señor presidente? Eh... sí, muy y mucho cultura en España.

Pero vamos al asunto. Messi, 21 meses de prisión por defraudar a Hacienda. El abogado del estado, con buen criterio, defendía a la caverna... al estado, queria decir. Que para eso le paga el estado. Al margen de los que solo ven pelotas, las de fútbol digo, cualquier persona que exija respuestas de un estado que debe protegernos entenderá que no se puede permitir que nadie nos engañe. Ni Messi ni la madre que parió al mismísimo Gregorio Marañón. Y no valen excusas de ninguna clase. Messi no sabía, Messi confiaba en su padre y en sus asesores, Messi se dejaba hacer. Nada de nada. Por cierto, ahora me acuerdo, la princesa no sabía, la princesa confiaba en su marido y en sus asesores, la princesa se dejaba hacer -en cuanto a impuestos me refiero, claro, que dicho así parece que se dejara hacer otras cosas y yo no sé si tánto tánto. En fin, vamos al grano. Que el abogado del estado en el caso de la princesa no actúe igual que en el caso Messi, ¿se debe a algún tecnicismo que se escapa a mi limitada comprensión? Porque, si no es así, que se juzgue y se condene a Messi deja de tener sentido cuando a la princesa, la que se dejaba hacer, no se le condene por el mismo delito. Que sea princesa solo le tendría que dar privilegios a la hora de besar sapos, pero no a la hora de pagar sus impuestos. Y si no se pueden cambiar los abogados, igual deberíamos ir pensando en cambiar la caverna... el estado, digo.

05 julio, 2016

Descorruptores de mierda

La caverna está corrupta, ¿quién la descorromperá? Difícil. En pocos países occidentales hay un partido político con tántos y tan importantes cargos acusados de corrupción. El PP y en España, por supuesto. Nuestra caverna es muy y mucha caverna, como diría el pasmado. Convergència, también. La cavernita es una replica de la caverna. Pero, ¿por qué estos partidos están tan asquerosamente manchados por la corrupción? Pues porque han tocado dinero. Han tocado mucho dinero y, claro, algo se te queda pegado en los dedos. Y el PSOE, también. Ya ha pagado por ello en alguna ocasión. Pero no nos aceleremos. No creo, sinceramente, que ninguno de los tres partidos sea especialmente mafioso. Mis tentaciones tengo, lo admito. Pero intentemos ser justos y objetivos. Lo vuelvo a decir: no creo que ni PP ni PSOE ni CDC sean partidos mafiosos. Pero han tocado mucho dinero y algo se les ha quedado enganchado en los dedos, también lo vuelvo a decir.

Claro, dicho así, parece que nadie sea culpable de esta corrupción sistémica. ¡Es que los billetes de quinientos son muy pegajosos! No, querido, eso tampoco. La corrupción es sistémica, sí. Es decir, tenemos una corrupción perfectamente engranada en los mecanismos de poder. La maquinaria es corrupta, ¿quién la descorromperá? Y ahí está la cuestión. No tenemos una policía corrupta. No tenemos unos funcionarios corruptos. No tenemos una sociedad corrupta. Digan lo que digan los voceras de turno. Pero tenemos un sistema en el que los partidos políticos se corrompen fácilmente para financiarse de forma ilegal. Y de paso algún aprovechado engorda una cuenta en Suiza. La cuestión está entonces, como decía antes, en el descorruptor. Y los descorruptores son y han sido nuestros gobernantes. Mejor dicho, tendrían que haber sido. Pero no lo fueron. Permitieron la corrupción. Hicieron la vista gorda ante el rumor lejano de los billetes galopando hacia bolsillos amigos. Y hasta, quizás, eran conocedores, pero era mucho más fácil mirar hacia otro lado (esto último lo digo sin ninguna convicción, lo de que "quizás"). En fin, que les acuso a ellos y solo a ellos de la mierda que flota en la caverna. Esa mierda es suya y no nuestra. Aunque ya tardan algunos que, como siempre, saltarán para decirnos que el país es corrupto, que si somos malotes porque no hemos pagado el IVA en alguna ocasión, que el otro también es corrupto, que son casos aislados, que si nos atacan los de enfrente,... Tonterías. Estupideces, no porque lo digan estúpidos (que no sé si lo son), sino porque intentan tomarnos por estúpidos. El que ha gobernado y ha permitido por acción u omisión la corrupción generalizada es tan culpable como el que ha engordado sus bolsillos. Porque alguien les eligió para gobernar, no para hacerse el idiota. Así que, porque se hicieron los idiotas o porque son idiotas de capirote por no saberlo, vayan asumiendo sus culpas, las culpas del descorruptor inútil.

04 julio, 2016

Entren los desgraciados, por favor.

Se me pongan en pie, por favor. Se me pongan en pie para recibir a los desarrapados. Abran por fin la puerta central, ábranla bien, de par en par, y que entren los más desgraciados de la caverna. Recibámoslos con solemnidad. Agachemos nuestras cabezas en señal de respeto, como muestra de reconocimiento por su tesón en sobrevivir en la miseria, por el sufrimiento en el que se ahogan, por la injusticia con que les abofeteamos, por las noches sin dormir, por los días de hambre, por las horas de terror. Que entren los sin casa, los que viven sumergidos en el frío de la noche, que entren y olviden al fin los sucios suelos de los cajeros y los duros bancos en noches de invierno. Que sepan que volverán a comer un plato caliente y que jamás volverán a recibir una mirada de odio o de miedo. Que entren las mujeres violadas, las que soportan las hostias del borracho, los reproches del animal celoso, que entren las que callan y aguantan la violencia porque temen por sus hijos, que entren y reciban de nosotros el reconocimiento de la culpa, que sepan que debimos estar a su lado para acompañarlas a tomar una decisión y ayudarlas a ser libres. Hagan su entrada, por favor, hagan su entrada de una puñetera vez y nos escupan a la cara nuestro olvido e indiferencia. Que entren también los que aún no se ahogaron en el Mediterráneo. Que entren también porque supieron sobrevivir con la cabeza muy alta a pesar de encontrar solo alambradas de espino, golpes o indiferencia. Que entren todos, por favor. Igual, así, dejaremos de engordar nuestros horondos culos con el afán de la gula; y dejaremos de tejer jerséis para perros, como si ellos sí merecieran la humanidad que a otros negamos; o dejaremos de llorar por los sinsabores de esos niños malcriados que endiosamos porque saben dar patadas a un balón. Igual así repararemos de una puñetera vez en la injusticia con la que hemos adobado la caverna. Igual así dejaremos de jalear a esos que roban a costa de la miseria de los demás y no volverán a ganar jamás unas puñeteras elecciones. Igual así reclamaremos de los que tienen la obligación de defendernos que, al fin, nos defiendan. A todos. Incluso que defiendan a los que nada tienen porque nada les hemos ofrecido. Mejor dicho, igual así defenderán de una puñetera vez a los que realmente necesitan ser defendidos.

La mierda de Inda en la caverna

En la caverna tenemos a un tipo que bien podría ser el paradigma del maleducado popular. Popular por conocido. Para puntualizar mejor, hablo del maleducado popular y dañino. Pero del dañino que bien podría servir de bufón, si no fuera porque nada hay más monótono y aburrido que él. Se dice periodista. Se lo dice a sí mismo, claro. Pero es, sobre todo, una persona que utiliza su posición de voceras para distribuir mierda malintecionadamente. No seré yo quien defienda a nadie, sean independentistas, comunistas, podemitas, socialistas o cualquier otra clase o grupo. Las defensas que cada cual se las ventile. Vamos, que cada cual salve su culo. Pero la mierda que distribuye Inda por los platós y su tabloide, es mierda envenenada. Insisto en que no me mueve la defensa. A mí me mueve -me subleva, mejor dicho- la mala educación, me mueva la argumentación falaz, me mueve la mentira disfrazada de libertad de prensa y la mentira creada para ganar dinero. O, incluso peor, me mueve la mentira voceada para herir en lo personal. Todo vale para vender. Todo vale para desprestigiar. Todo vale para hacer daño a sus pretendidos enemigos. Pretendidos porque no lo son, sino que él se los crea. Y no se anda con rodeos cuando su mierda se convierte en un ataque personal sin más motivo que el odio o la animadversión. ¿Es posible que sea periodista? ¿Es posible que invente una y otra vez noticias falsas, rumores afilados en la inquina o apestosas insinuaciones? Pues parece que sí. Y sí, parece también que se le considera periodista porque está en posesión de un título. Y alguien me podrá decir que si este señor sigue siendo periodista es porque hay gente que lee su mierda. Ya, me lo imagino. Me imagino que me lo dirán. Pero no me imagino que nadie crea que eso pueda ser un argumento. En el país del Gran Hermano 15 o 16 o..., en el país en que Belén Esteban vende más libros que García Montero, en el país en que Paquirrín es más conocido que Piketty, ¿alguien puede creer que tener muchos lectores valida a este señor como periodista serio y riguroso?  ¡Vamos, hombre!